Pequeño pueblo colonial situado en un valle, rodeado de ríos como el Cauca, a una hora de Medellín. Pudimos conocer varios puentes colgantes como el de Occidente (Monumento Nacional). Las caminatas por las rutas y caminos nos dejaron un vasto verde en nuestras retinas. Hemos pasado lindos momentos en la plaza central, con una gran fuente y muchos puestos de fruta y verdura. También supimos disfrutar de un picnic a orillasdel río.
(Medellín): Estuvimos unas horas en la terminal, donde nos encontramos un rato con el Turco y despedimos a Santi que emprendió su viaje a Venezuela. Con el Tano y Tito nos vamos para el Caribe.
¡Caribe! Si, si, Caribeeeeeeeeeheeeee!! Legué. Mucho calor, palmeras, una ciudad con historia de piratas, fuertes y cañones: Paseamos mucho por la ciudad vieja o amurallada, llena de hermosos balcones coloniales; iglesias y monumentos majestuosos, como el del reloj o el de la India Catalina; lindos platas y carros tirados a caballos que repiqueteaban el asfalto con sus herraduras. Conocí Boquillas, Boca Grande (muy estilo Miami Beach), la zona del puerto y el Museo del Oro.
El 10 de Junio el Ciclón salio campeón y yo lo viví desde el mismísimo Caribe. Nos reencontramos con los lindos vascos, junto a ellos y el Tano emprenderé el camino caribeño hacia Venezuela. El Tito se volvió a Medellín.
Pequeña bahía caribeña de pescadores, con muchos cerros muy verdes cercanos a la costa. Uno se levantaba y desde el balcón de La Mansión veía la playa, las palmeras y el azul-verde del mar que supo ver a Jack Sparrow. Conocimos Playa Grande y también Santa Marta, otras dos bahías, en esta última nos encontramos con una gran ciudad. En lo de Jean nos topamos con el 3er Carretero, por ende otro loquero, con personajes como el gurú Jean, Ángelo, Ivon y Tony. Apreciamos la salsa ballet ¡Bacano!
El 17 de Junio viví un día hermoso, cumple de Cami.
Hermoso Parque Nacional caribeño con grandes y verdes cerros cercanos a la costa. Agua turquesa, arenas blancas, grandes rocas y palmeras. Nos dio la bienvenida El Paraíso y también anduvimos por EL Cabo y la Piscina, otras playas donde uno nunca se cansaba de ver ese hermoso paisaje. Hubo muchos cocos, lagartijas fluorescentes, muchas caminatas de hormigas en los senderos selváticos y hasta iguanas de colores vivos y radiantespudimos ver. Los miradores hacia la costa dejaban notar la inmensidad del mar Caribe. La Sierra Nevada no la pudimos apreciar, con lo que sí nos topamos aquí fue con la cultura aborigen del Tayrona
Tres noches nos quedamos en la comunidad- tribu en medio de la quebrada. Con un paisaje selvático, pudimos apreciar el vasto verde, nos rodeaban las palmeras llenas de cocos, las piñas, las coloridas lagartijas, las mariposas y también los pájaros Cúcuta. Conocimos las cascadas, donde algún baño nos dimos. Sin luz eléctrica ni gas, disfrutamos muy naturalmente la convivencia con unos lindos personajes como Alejo, Cielo y las peladas. Noches de cartas a la luz de las velas y una paz de hamaca paraguaya sólo interrumpida por la picazón de algún bichito que degustaba nuestra piel.
Ciudad pequeña, capital de La Guajira, sobre la costa caribeña con clima y suelo desértico. También conocimos la playa de Camarones, aridez y palmeras solo para nosotros, tomando agua de coco. Terminé los trámites del pasaporte, ya soy 100% legal. Por organización y dinero decidimos no ir al Cabo de la Vela, partimos a Venezuela, Copa América.
Empezó el día temprano en Riohacha, luego de que los vascos y el Tano comieron tortugas emprendimos el viaje hacia Maicao. Allí cambiamos plata y nos subimos a un “chivo” que nos llevaría a Maracaibo. Los trámites fronterizos en sí fueron rápidos y sencillos, lo rompe pelotas fue que en el camino nos pidieron como 3 o 4 veces los pasaportes. También a los 15 minutos de entrar a Venezuela nos pararon para revisarnos, tuve suerte, a los chicos les hicieron sacar toda la ropa y se fijaron bolsillo por bolsillo. Conmigo ya se habían cansado y fue mucho mas leve la revisada. Después de casi 8 horas de ruta y calor, llegamos a Maracaibo.
Segunda ciudad más grande de Venezuela, después de Caracas, muy calurosa, situada a orillas del lago homónimo. Conocimos el Paseo del Lago, el Centro de Arte Lía Bermúdez, la Catedral y la Basílica. Paseamos por la plaza Bolívar y del Rosario, por la calle Carabobo o la Tradición y el puente Rafael Urdaneta. El Moreno, alias Peto para nosotros, supo hacernos de guía y nos brindó una grata bienvenida a este país, siendo el dominicano.
Conseguí acreditaciones para los 4 para la Copa América, por ser redactores de la página del Turco (maxiviajando.blogspot.com/2007/07/corresponsales-copa-amrica-venezuela.html) . Al primer partido de Argentina contra EE.UU. no pudimos entrar por faltarnos un ticket, nos quedamos en la sala de prensa con aire acondicionado y coca cola, café e Internet gratis. También podíamos hacer llamadas internacional libre, cosa que le sacamos mucho provecho. Luego fuimos a una conferencia de prensa de Diego Maradona en un hotel. Al segundo partido (contra Colombia) sí pudimos ingresar al estadio y vimos el cotejo sentados junto a periodistas, con cierto temor ya que nos dijeron que nos habían acreditado erróneamente. Zafamos y nos fuimos contentos del complejo deportivo donde se halla el Pachencho Romero. Vi a Mecí por primera vez en una cancha.
Hermosa ciudad situada en un valle bien verde, lleno de árboles, montañas y ríos con bellos puentes (viaductos) para cruzarlos. Conocí la plaza Bolívar y el Gloria y Patrias, el Parque La Isla (donde estaba la sala de prensa) y el teleférico, aunque por su elevado precio no subí. Me voy a la frontera para sacar dólares desde el Western Union de Colombia ya que en Venezuela no me los dan. Será un día de viaje. (San Cristóbal)
Un día de mierda. Comenzó en Mérida, que emprendí viaje a San Cristóbal, con la idea de recibir los dólares que me enviaron a Colombia (a Cúcuta). En San Antonio los muchachos del micro me recomendaron que si iba a ir y volver en el día me convendría no sellar el pasaporte. En el camino a San Antonio (que fue más largo de lo que pensé) decidí hacer todo legal y sellar. EN San Antonio sellé la salida de Venezuela y me pidieron 38 mil bolívares por un impuesto, yo no los tenía, le conté mi situación al señor y arreglamos que se los pagaría cuando sellara la entrada, que supuestamente sería ese mismo día. Crucé el puente fronterizo caminando y en el DAS de Colombia me dieron la mala noticia que por lo menos tenía que pasar un día en ese país, tendría que hacer noche en Cúcuta, un garrón ya que la cuadrilla me esperaba esa misma noche en Mérida para salir al otro día con el Tano a Barquisimeto.
Cúcuta: Por suerte llegué a esta ciudad y más precisamente al W.U. gracias a una señora y su sobrino con los cuales me encontré en la salida del DAS. En el W.U. casi me muero, me dijeron que no tenían dólares y que me tenían que dar pesos colombianos, pasé un momento de mierda, muchísimos nervios y angustia. De ahí me fui a una casa de cambio que me dijeron en el local. En dicho casa tampoco tenían dólares, me volvieron la angustia y los nervios, pensé que me tendría que quedar en Colombia por varios días más. Por suerte la señorita que atendía allí me dio una gran mano y llamó por teléfono a otras casas de cambio, hasta que dio con una que sí me vendería dólares.Fui hasta allí y compré 300, perdí un poco de plata pero ya tenía mis dólares en el bolsillo, más tranquilo busqué hotel. Conseguí uno (que era un telo) y paseé un rato por el parque Santander, chatié con mi viejo y de a poco me iba volviendo el alma al cuerpo. Le mande mail a la cuadrilla contando todo esto y avisando que llegaría a Mérida a la tarde del otro día. De Cúcuta puedo decir que es una ciudad fronteriza rodeada de cerros y un tanto calurosa.
Hice lo mismo que el día anterior pero a la inversa. Lo bueno fue que la entrada a Venezuela la sellé en otro puesto migratorio y safé de pagar el impuesto que debía del día anterior. Cambié pesos colombianos por bolívares y emprendí mi viaje a San Cristóbal en un carro por puesto que se quedó un par de veces en el camino.
(San Cristóbal)
(Mérida) La cuadrilla había leído el mail y me esperaban en la Terminal con las mochilas. Nos abrazamos y me contaron el garrón de que al Tano le habían afanado la cámara digital. Era el último secuaz que quedaba con una. Luego los vascos se fueron a Valencia (VEN) y con el Tano emprendimos el viaje a Barquisimeto.
Llegamos a esta gran ciudad junto a Lizbeth, Iarob y Sam que nos facilitaron la búsqueda de hotel. Sólo nos quedamos dos noches, más que nada fue ir a ver Argentina -Perú y recorrer un poco el centro. El día de partido estuvo bárbaro, un estadio hermoso (aunque faltaban unas cosas por terminar). La sala de prensa fue un lujo, todo el día comiendo, tomando, chateando y hablando por teléfono. Vimos a todos los periodistas y cambié unas palabras con Vignolo y Macaya. El partido excelente, ganamos bien y teníamos teléfonos, comida y refresco sin movernos de nuestro asiento. Nos vamos a Puerto Ordaz a seguir al equipo del Coco.
Llegamos y en la Terminal nos encontramos con los vascos que habían llegado recién. Por suerte conocimos a Darío y Richard que nos brindaron unas piezas para dormir, ya que no había hotel con habitaciones disponibles. Dejamos las mochilas y nos fuimos al estadio que también era un lujo. Una hermosa edificación, donde los 4 acreditados pudimos agraciarnos con las llamadas e internet, pero esta vez no nos dieron ningún copetín. El equipo del Coco no nos defraudó, goleó a México y nos regaló el pasaje a la final. Al otro día me fui con el Tano hacia Maracaibo, nos despedimos de los vasquitos que se van a conocer la Gran Sabana venezolana.
En la terminal jugamos el último mus que definiría al campeón, les rompimos el culo, 3 a 0.
(Valencia, Barquisimeto) Fue un viaje duro. Pensamos que tardaríamos 18 horas y tardamos 26. Se nos rompió el micro en medio de la ruta. La idea era ir a Maracaibo derecho pro no conseguimos bus.
