Nos quedamos un mes más en Cusco. Comenzamos a hacer malabares en Avenida Gracilaso junto a Tito. Tuvimos en esa hermosa ciudad inca una rutina deshilachada, donde el malabar, la sandwichería de David y Mama África eran fijas. Caminamos siempre por
Dejamos con Tito esta gran ciudad habiendo aprendido un oficio como el malabar y pensando otros recursos para el viaje. Nos tuvimos que ir ya que un lunes pasó la camioneta de migraciones y nos llevó a la comisaría. Luego de que nos hayan dicho que podíamos ser turistas pero no hacer malabares y pedir plata en los semáforos, firmamos un acta de compromiso y nos fuimos de allí.
Bruno y Santi se quedaron en Cusco paseando por diferentes trabajos. Vinimos llenos de esperanzas y nos vamos a realizarlas.
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